Grandes sabios de la historia, como Polibio o Plinio el Viejo, dejaron constancia de la esquisitez de una bebida legendaria: la cerveza. En la Edad Media tuvo su gran apogeo y desarrollo a través de las abadías y monasterios; posteriormente, en el siglo XVI, de nuevo toma auge en España al construirse la primera factoría de cerveza. El territorio castellano siempre ha estado muy ligado a la cerveza y su producción. A continuación, presentamos una marca que está tomando relevancia en el panorama de las cervezas artesanales. Nos referimos a "Las llaves de San Pedro", fundada en 2012 y cuyo centro de producción se ubica en San Pedro de Latarce (Valladolid).
A la hora de escribir unas notas de cata, se puede comprobar que la cerveza tiene cierta consistencia reflejada, especialmente, a través del color anaranjado y con espuma permanente, preámbulo de lo que será un sabor intenso y diferente a lo que podemos estar acostumbrados. Son en estos aspectos donde se comprueba la naturalidad de una cerveza artesanal.
En primer lugar, hay que destacar que no desprende un olor intenso; en realidad, es bastante apacible y nada fuerte. A continuación, al catar el producto, nos encontramos con un sabor con cierto amargor, no excesivo pero sí bastante acentuado, dejando al final un recuerdo afrutado que suaviza y complementa la gama de sabores. En cierta medida, recuerda a la cerveza Gredos; sin embargo, esta última resulta algo menos amarga, e incluso, más moderada en la cosistencia.
Para concluir, es necesario resaltar la contundente y diferente aplicación de mayor grado de intensidad de la malta y cierto protagonismo del amargor del lúpulo que, sin duda, se percibirá desde el primer sorbo. Es una cerveza para degustar, disfrutar y sentir la amplia gama de sabores; cuanto más se progresa en la cata, mejor percepción del producto. Por tanto, es aconsejable tomar esta cerveza con tranquilidad y disfrutando del momento, puesto que con ella sentirá que se para el tiempo.
